Un estudio pionero sobre la salud de los hispanos sigue sacando a la luz un tesoro de información
Por Michael Merschel, American Heart Association News
Inicialmente, hubo escepticismo acerca de lo que se convertiría en el estudio más amplio relacionado con la salud de los hispanos y latinos en Estados Unidos.
Sin embargo, después de 15 años y casi 400 artículos científicos, el Estudio de Salud de la Comunidad Hispana/Estudio de los Latinos sigue originando información valiosa.
Se ha convertido en un tesoro perdurable de información que es tan difícil de reunir como importante, dijo el Dr. Gregory Talavera, profesor del departamento de psicología de la Universidad Estatal de San Diego. Aunque las personas hispanos y latinos constituyen una parte significativa y de rápido crecimiento de la población, "no hemos estudiado bien lo que se conoce acerca de sus riesgos de salud y resiliencia en este tema".
Dos años después del lanzamiento del estudio, en 2006, un ejército de investigadores comenzó a recopilar información médica de más de 16,000 personas en sedes de Miami, San Diego, Chicago y la zona del Bronx de Nueva York. Como reflejo de la diversidad de la cultura hispana en Estados Unidos, los participantes procedían de una gran variedad de orígenes: cubanos, puertorriqueños, mexicanos, centroamericanos y sudamericanos, entre otros. Aproximadamente una quinta parte eran nacidos en Estados Unidos.
Los participantes aceptaron un examen inicial de siete horas que incluía la entrega de muestras de sangre y orina. Los investigadores hicieron un seguimiento seis años después con otro examen y se prevé un tercer control para 2023. También se recopilaron datos de los hijos de las personas que participaron en el estudio inicial con el fin de realizar una investigación adicional denominada Estudio de Salud Infantil de la Comunidad Hispana/Estudio de la Juventud Latina, llamado SOL Youth en ingles.
Talavera fue investigador principal de esos estudios y posteriormente dirigió su comité directivo. Años antes de que se iniciara ese trabajo, participó en los debates de los Institutos Nacionales de la Salud, la principal fuente de financiación del esfuerzo, para determinar si esa investigación era necesaria o incluso posible.
"Había un gran escepticismo", dijo Talavera. Algunos cuestionaron la logística de enfocar un estudio a largo plazo en los hispanos porque la mayoría de las instituciones de investigación "tienen dificultades con la competencia cultural, o sea, luchan por saber dónde y cómo llegar a la gente, así como de tener la aptitud lingüística y cultural para mantenerse en contacto con este grupo".
Añadió que otra barrera era el hecho de que "no existen muchas voces latinas en el gobierno, o en los Institutos Nacionales de Salud, para ejercer presión acerca de este tema".
No obstante, el estudio no solo tuvo éxito, sino que cambió las opiniones sobre la salud de los latinos en Estados Unidos.
"Cuando empezamos el estudio, la literatura predominante sugería que la tasa de diabetes en la comunidad latina era más o menos la misma que la de la población general", dijo Talavera. Sin embargo, los investigadores descubrieron que la tasa era superior, en más de un 40%, que los mejores cálculos anteriores.
Los cambios demográficos impulsaron la necesidad de llevar a cabo investigaciones adicionales. En el censo de 2000, los hispanos superaron a los negros en Estados Unidos por primera vez. Según la Oficina del Censo, este grupo ahora representa más del 18% de la población y los hispanos nacidos en Estados Unidos superan ampliamente a los inmigrantes de primera generación.
Krista M. Perreira, profesora de medicina social de la Facultad de Medicina de la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill, ha dirigido el reclutamiento y la retención para el proyecto de investigación desde sus inicios. Señaló que enfatizar los diversos grupos de origen en el estudio había ayudado a los investigadores a detectar importantes diferencias entre los hispanos.
En el primer trabajo, publicado en JAMA en 2012, se descubrió que los factores de riesgo de enfermedades cardíacas variaban significativamente según el origen. Por ejemplo, mientras que el 24% de las mujeres hispanas estudiadas padecían hipertensión, la prevalencia oscilaba entre el 16% de las de origen sudamericano y el 29% de las de origen puertorriqueño.
También se descubrió que, en comparación con los participantes nacidos fuera de EE.UU., los nacidos en este país eran más propensos a declarar antecedentes de ataque cerebral y enfermedades cardíacas, así como a tener múltiples factores de riesgo para estas. Las enfermedades cardíacas también parecían ser más frecuentes entre los inmigrantes que llevaban más tiempo viviendo en Estados Unidos.
Desde entonces, otros trabajos basados en los datos del estudio han examinado los efectos de la alimentación, la actividad física y el sueño, entre otros.
Como investigadora principal del estudio multigeneracional SOL Youth, parte del trabajo de Perreira se enfoca en la salud mental y en cuestiones como el estrés relacionado con la discriminación y la adaptación a una nueva cultura, que puede ocasionar conflictos en la familia.
Mencionó que ese estrés "es una presencia clave en la vida de muchos niños latinos", aunque, el estudio indicó que también lo es un funcionamiento familiar sólido. "Para mí, estas son dos piezas críticas que vemos que afectan, de manera constante, tanto a la salud mental como el bienestar físico entre los niños latinos".
Para realizar este trabajo se necesita un enorme equipo. El estudio cuenta con cuatro sedes, además del centro coordinador de Carolina del Norte donde trabaja Perreira. Cada centro exige líderes y colíderes de nivel de doctor en medicina o doctorado, "y luego un enorme grupo de personal que incluye estadísticos especializados en ciencias biológicas, estudiantes de posgrado y especialistas en reclutamiento y retención y con conocimiento de las comunidades".
También requiere dinero. Tan solo este año, los NIH han invertido más de $7.4 millones para operar las sedes del estudio. El estudio juvenil SOL Youth, que fue apoyado con más de $7.5 millones entre 2011 y 2014, ya no recibe fondos.
También quedan muchas preguntas por responder, dijo Talavera. Una de las principales es la llamada "paradoja de los hispanos". ¿Cómo es posible que, comparados con la población general, las personas hispanos y latinos tengan tasas más altas de diabetes, presión arterial alta y colesterol alto y, sin embargo, tengan tasas más bajas de ataque cardíaco y muerte por enfermedad cardíaca?
Aunque esa paradoja sigue sin resolverse, el estudio ha obsequiado cosas inesperadas. Las muestras de sangre que se tomaron antes de la era de COVID-19 serán "una mina de oro" para estudiar los efectos a largo plazo del coronavirus, dijo Talavera. El estudio ya fue invitado a unirse a un gran esfuerzo de colaboración nacional para comprender la enfermedad.
Se esperan otros descubrimientos. Están en marcha más de 700 proyectos que utilizan los datos del estudio, sobre temas que van desde la contaminación ambiental hasta la espiritualidad.
"Creo que hay muchas cosas que solo se pueden aprender cuando se hace seguimiento de una persona a través del tiempo y en varias etapas de su vida", dijo Talavera.
Perreira indicó que la recopilación de datos supone "mucho trabajo y podría no tener mucho sentido para la gente que no se dedica a la investigación". Sin embargo, añadió que contar con detalles de alta calidad sobre los hispanos y latinos es vital. "Estas estadísticas nos permiten tomar decisiones informadas y basadas en la evidencia para mejorar la salud de las personas".
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