Los promotores esperan que el auge del ciclismo dure más que la pandemia
Por Michael Precker, American Heart Association News
No parece correcto escribir "rayo de esperanza" y "pandemia" en la misma frase. Sin embargo, el año de COVID-19 inició un impulso para el uso de la bicicleta, una actividad indiscutiblemente saludable.
"Las bicicletas han sido uno de los pocos puntos positivos que han brillado conforme hemos ido superando este último año", dijo el Secretario de Transporte Pete Buttigieg en la Cumbre Nacional del Ciclismo a principios de marzo. "La gente ha estado redescubriendo distintas maneras de moverse, en la medida en que todavía podemos salir".
Las cifras lo confirman.
Según la Asociación Nacional de Distribuidores de Bicicletas, las ventas de bicicletas aumentaron más del 40% y las tiendas de todo el país siguen informando de la escasez. Dos encuestas realizadas durante el año por el grupo promotor PeopleForBikes indicaron que el 10% de los adultos de Estados Unidos se subieron a una bicicleta por primera vez en por lo menos un año a causa de la pandemia.
"Todo el mundo se sorprendió", dijo Jenn Dice, presidenta y directora general de PeopleForBikes, con sede en Boulder, Colorado. "Las estadísticas del uso de bicicletas, tanto en las zonas urbanas como en las rurales de recreo, se dispararon muy por arriba de lo normal. La reacción fue, 'Santo cielo'. La gente está montando bicicleta como locos'".
Los expertos citan varios factores para el aumento. Con los gimnasios cerrados, la gente que quería hacer ejercicio salió a la calle. Las personas que dudaban en utilizar los autobuses o el metro optaron por utilizar bicicletas. Muchas ciudades tomaron medidas para hacer que las calles fueran más fáciles de transitar en bicicleta.
"Uno de los resultados positivos de esta desafortunada situación es esta vuelta al aire libre", dijo Bill Strickland, cuyo título oficial como director de la revista Bicycling es el de ciclista en jefe. "Con tanta gente en casa con sus hijos, las personas dijeron: 'Vamos a montar en bicicleta'".
Cualquiera que sea la razón, es una opción saludable.
"Sabemos que la actividad física es buena para nosotros", dijo Bethany Barone Gibbs, profesora asociada de salud y actividad física de la Universidad de Pittsburgh. "Está muy claro que la actividad física regular mejora la salud cardiovascular y la salud física y mental en general. La llamamos la píldora mágica. Literalmente, no hay casi ninguna condición de salud que la actividad física no mejore".
Por citar solo dos ejemplos, un estudio del BMJ realizado en 2017 en Inglaterra, que abarcó a más de 263.000 personas, demostró que quienes iban al trabajo en bicicleta tenían menos enfermedades cardiovasculares y cáncer. Un estudio danés de 2016 publicado en la revista Circulation de la American Heart Association realizó un seguimiento de casi 54.000 personas durante 20 años y descubrió que los ciclistas habituales tenían un riesgo entre un 11% y un 18% menor de sufrir enfermedades cardiovasculares que los no ciclistas.
"No necesitamos un montón de investigaciones adicionales para determinar si la actividad física mejora la salud", dijo Gibbs. "Sólo tenemos que averiguar cómo conseguir que se ejercite una mayor cantidad de gente".
Así que, conforme se calma la pandemia y la vida vuelve a la normalidad, tanto los expertos en salud como los defensores de la bicicleta se hacen la misma pregunta: ¿Continuará la tendencia?
"Somos cautelosamente optimistas en cuanto a que los estadounidenses seguirán montando", dijo Dice. "Nos dicen que se divierten, que han adquirido buenos hábitos, para ocio y por salud, y que quieren seguir con esta actividad".
Strickland dijo que el país ha visto auges de ciclismo anteriormente, "remontándose hasta la crisis de la gasolina (1973), cuando Greg LeMond ganó el Tour de Francia (en los años 80) y la época de Lance Armstrong".
"Vemos un pico y luego hay un descenso, pero rara vez vuelve al nivel que tenía antes", añadió.
Una nube que se cierne sobre el optimismo es la continua escasez de bicicletas nuevas en medio de la creciente demanda. Heather Mason, presidenta de la Asociación Nacional de Concesionarios de Bicicletas, dijo que los fabricantes están incrementando la producción, pero se ven obstaculizados por la falta de piezas.
"La demanda global no va a seguir el ritmo de la oferta este año", dijo. "Creemos que vamos a tener escasez por lo menos hasta 2023".
La lección para los consumidores, alañadió, es triple: ir a una tienda rápidamente, ser paciente y considerar la compra de una bicicleta usada.
"Habrá bicicletas", dijo Mason. "Pero en estos días comprarlas es una experiencia diferente".
A largo plazo, Strickland y Dice coincidieron en que una mejor infraestructura ayudará a mantener el auge de las bicicletas. Dice indicó que la pandemia ha acelerado la tendencia de crear más carriles protegidos para el tránsito de ciclistas en las ciudades, así como vías de ciclismo rural que podrían llegar a convertirse en una red nacional.
"Realmente creo que nos estamos transformando como país", dijo Strickland. "La bicicleta va a ser una parte cada vez mayor de nuestra forma de movernos".
En la cumbre del ciclismo, Buttigieg – que fue visto recientemente volviendo a casa en bicicleta desde su trabajo en Washington, D.C. – prometió ayudar.
"Definitivamente podremos ser un país cada vez más ciclista", dijo. "Trátese de recursos específicos o de apoyo moral, van a ver mucha energía procedente de mi oficina y mi equipo para ayudar a que las cosas avancen".
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