El cerebro no es el único lugar donde puede ocurrir un accidente cerebrovascular
Por Laura Williamson, American Heart Association News
Pérdida repentina e indolora de la visión. Ardor en la espalda. Piernas adoloridas. Incontinencia.
Las personas tal vez no identifiquen estas como señales de un accidente cerebrovascular, o ACV, porque algunas no son síntomas de un ataque en el cerebro, donde ocurren mayormente. Pero los ACV también pueden ocurrir en otras partes del cuerpo, dijo el Dr. Matthew Schrag, profesor adjunto de neurología y neurólogo vascular en Vanderbilt University Medical Center, en Nashville, Tennessee.
La pérdida repentina y total de la visión en un ojo puede indicar un ACV en el ojo. El ardor de espalda, las piernas adoloridas y la incontinencia, junto con la parálisis, la debilidad y la pérdida de la sensación de dolor o de la capacidad de sentir la temperatura, indican un ACV en la médula espinal. Aunque son raros, estos ataques, al igual que aquellos en el cerebro, son graves y requieren atención médica inmediata, dijo Schrag.
"Esos accidentes cerebrovasculares presentan desafíos especiales y pueden ser más difíciles de reconocer, pero teoréticamente, son tratables", dijo Schrag.
La American Heart Association y la American Stroke Association definen el accidente cerebrovascular como una obstrucción del suministro de sangre al cerebro, la médula espinal o la retina que causa la muerte de las células. Cuando los ACV ocurren en el cerebro, conocidos como derrames cerebrales, los síntomas pueden incluir entumecimiento en la cara; debilidad en los brazos o las piernas, especialmente en un lado del cuerpo; dificultades para hablar o entender el habla; problemas con la visión; falta de coordinación, o un dolor de cabeza repentino y fuerte.
Pero el flujo de sangre puede resultar obstruido prácticamente en cualquier parte del cuerpo, dijo la Dra. Lucia Sobrin, profesora de oftalmología en la Facultad de Medicina de Harvard, en Boston.
Un accidente cerebrovascular en el ojo –conocido como oclusión de la arteria central de la retina, o CRAO por sus siglas en inglés– por lo general sucede cuando la placa que se ha acumulado en una de las carótidas, que son las arterias principales a cada lado del cuello que suministran la sangre al cerebro y a los ojos, se desprende y viaja a la retina. Esa misma placa también podría viajar al cerebro y causar un ACV isquémico. "Podría ir a cualquiera de los dos lugares", dijo Sobrin.
Generalmente causa pérdida total de la visión en un ojo, pero hay casos en los que la pérdida solo será parcial, dijo Sobrin. La persona "todavía será capaz de percibir luz o movimiento".
Un CRAO no es mortal, dijo Schrag. Pero la pérdida de la visión puede ser permanente si no se trata dentro de las primeras horas.
"Si de repente pierdes la visión y no tienes dolor, piensa en 'accidente cerebrovascular' y dirígete a la sala de emergencias", dijo Schrag. "Es bastante urgente".
Sobrin y Schrag fueron coautores de un comunicado científico de la AHA del 2021 que abogó por la inmediata detección y atención de CRAO mediante alteplasa, el medicamento usado para disolver los coágulos que causan los derrames cerebrales. Los estudios muestran que las personas con CRAO que reciben tratamiento con alteplasa dentro de las 4 horas y media desde la pérdida de la visión pueden tener una tasa de recuperación tan alta como 50%.
Otro motivo para recibir atención médica inmediatamente después de un CRAO es que "es una señal de enfermedad grave subyacente", dijo Schrag. El comunicado de la AHA pide exámenes inmediatos para identificar otros factores de riesgo cardiovascular que requieren tratamiento, como la presión arterial alta, el colesterol alto, la diabetes, el apnea del sueño y la obesidad.
"CRAO es un fuerte predictor de futuros ataques cardíacos, accidentes cerebrales o muerte", dijo él. "Así que, incluso si este accidente cerebrovascular pudiera no ser mortal, los problemas subyacentes sí podrían serlo, algo que requiere atención urgente".
Se sabe menos acerca de cómo tratar los ACV que ocurren en la médula espinal, una afección rara, pero peligrosa, dijo Schrag.
Estos pueden ocurrir debido a un coágulo sanguíneo en las arterias que van a la médula espinal. El tratamiento depende de los síntomas de la persona y puede incluir medicamentos anticoagulantes para disminuir la coagulación.
Los ACV en la médula espinal también pueden ocurrir durante procedimientos médicos si la presión arterial desciende drásticamente o si el corazón se detiene y el flujo sanguíneo es insuficiente, dijo Schrag. "En esos casos, la solución es hacer subir la presión arterial antes de que se produzca un daño permanente".
En general, las mismas medidas que las personas adoptan para prevenir los derrames cerebrales son las recomendadas para prevenir los accidentes cerebrovasculares en el ojo o la médula espinal. Estas incluyen llevar una dieta saludable; mantenerse físicamente activo; mantener un peso saludable; no fumar; mantener la presión arterial, la glucosa en la sangre y el colesterol dentro de rango objetivo; dormir de siete a nueve horas cada noche, y tomar los medicamentos según se hayan recetado.